El día se presentaba bueno, después de las últimas lluvias y fríos.
Comenzamos la excursión en la Diagonal, donde me junté con Manolo y su hijo, para llegar pedaleando a la Tienda Probike, en la calle Viladomat, cerca de la Avenida Tarradellas. La salida era a las 8 h., aunque después de agruparse las 80 personas aprox. que íbamos, sacar las ruedas delanteras de las bicis y colocarse cada uno en su puesto, eran más de las 9 h. cuando salimos.
Desde el autocar, antes de llegar a Olot, pudimos disfrutar de las maravillosas vistas de las cumbres del Montseny, nevadas. Era espectacular



Por fin en Olot (eran las 11 h. Aprox.), y vuelta a montar las ruedas delanteras. Buen ambiente. Se veían bicicleros de todas las edades, y bastantes chicas también. Me hizo gracia un crío de unos 10 años, con el que coincidí en bastantes tramos de la excursión, y que continuamente tenía que esperar a su padre. Ley de vida. Menos mal que no vinieron mis hijos, que se mueven por su ciudad en bicicleta. No hubieran tenido tanta paciencia. Majo el chaval.
El inicio fue lindo, pues sin hacer excesivo frío, había reminiscencias de algún temporal de frío y nieve de días anteriores por esa zona, como se ve en la foto. Lo peor las zonas de barro intenso que había, sobre todo en los primeros kilómetros, prácticamente hasta el coll d’en Bas. Al no llevar una bicicleta preparada, sufría con el barro, e incluso estuve a punto de retirarme. Pero ahí estaban Manolo y José Luis para animarme a seguir, junto con sus hijos Francisco y Nacho, y otro Nacho amigo de Fran.
Primera parada en Sant Feliu de Pallerols, después de haber pasado por senderos rodeados de bosques, ante la atenta mirada de los volcanes que nos circundaban. Impresionante. Entrañable el ver antiguas estaciones de tren, en bastante buen estado casi todas. Después de reponer fuerzas, continuamos por una zona realmente bonita que se llama Els Plans, que camina paralelo a un río que creo que se llama Bruguent. Continua umbría por la espesura del bosque, respirando aire puro. A mí incluso se me fue la tos que padecía. Naturalmente los chavales le daban caña, y cada 2 ó 3 kilómetros nos esperaban a los más viejos.





Por fin en Olot (eran las 11 h. Aprox.), y vuelta a montar las ruedas delanteras. Buen ambiente. Se veían bicicleros de todas las edades, y bastantes chicas también. Me hizo gracia un crío de unos 10 años, con el que coincidí en bastantes tramos de la excursión, y que continuamente tenía que esperar a su padre. Ley de vida. Menos mal que no vinieron mis hijos, que se mueven por su ciudad en bicicleta. No hubieran tenido tanta paciencia. Majo el chaval.
El inicio fue lindo, pues sin hacer excesivo frío, había reminiscencias de algún temporal de frío y nieve de días anteriores por esa zona, como se ve en la foto. Lo peor las zonas de barro intenso que había, sobre todo en los primeros kilómetros, prácticamente hasta el coll d’en Bas. Al no llevar una bicicleta preparada, sufría con el barro, e incluso estuve a punto de retirarme. Pero ahí estaban Manolo y José Luis para animarme a seguir, junto con sus hijos Francisco y Nacho, y otro Nacho amigo de Fran.
Primera parada en Sant Feliu de Pallerols, después de haber pasado por senderos rodeados de bosques, ante la atenta mirada de los volcanes que nos circundaban. Impresionante. Entrañable el ver antiguas estaciones de tren, en bastante buen estado casi todas. Después de reponer fuerzas, continuamos por una zona realmente bonita que se llama Els Plans, que camina paralelo a un río que creo que se llama Bruguent. Continua umbría por la espesura del bosque, respirando aire puro. A mí incluso se me fue la tos que padecía. Naturalmente los chavales le daban caña, y cada 2 ó 3 kilómetros nos esperaban a los más viejos.
Ya a partir del kilómetro 34 cambia el paisaje, más abundante en tierras de cultivo, sin tanta vegetación, pero no va mal para variar. Paramos en Anglés para comer, aunque a mí me hubiera gustado más hacerlo en Amer, por la experiencia que tuve en esta misma excursión el pasado mes de Julio, con parada en este precioso pueblo, en su plaza porticada.
De Anglés a Salt, final de la excursión, quedaban 14 km. que discurrían por caminos otra vez frondosos, mucho chopo, junto al río Ter, y pasando por viejas estaciones de tren (Bonmati, Bescanó, Salt). Se notaban las ganas de llegar, y que íbamos con el depósito lleno de gasoil, porque aquí le dimos caña. Era terreno llano, alguna bajada incluso y el tiempo acompañaba.
Final de la ruta en Salt, y gran putada, porque tuvimos que esperar una hora y media a los rezagados. Lo llego a saber y hago más paradas para hacer turismo.
La llegada a Barcelona rondando las 20 h. A casa cerca de las nueve de la noche, con las bicis embarradas , necesitadas de un manguerazo, cansados pero satisfechos.
En resumen, el trazado es bonito de verdad, fácil en casi todos los tramos. Merece la pena, yo lo recomiendo, aunque quizá la primavera sea la estación más adecuada para hacerlo.
De Anglés a Salt, final de la excursión, quedaban 14 km. que discurrían por caminos otra vez frondosos, mucho chopo, junto al río Ter, y pasando por viejas estaciones de tren (Bonmati, Bescanó, Salt). Se notaban las ganas de llegar, y que íbamos con el depósito lleno de gasoil, porque aquí le dimos caña. Era terreno llano, alguna bajada incluso y el tiempo acompañaba.
Final de la ruta en Salt, y gran putada, porque tuvimos que esperar una hora y media a los rezagados. Lo llego a saber y hago más paradas para hacer turismo.
La llegada a Barcelona rondando las 20 h. A casa cerca de las nueve de la noche, con las bicis embarradas , necesitadas de un manguerazo, cansados pero satisfechos.
En resumen, el trazado es bonito de verdad, fácil en casi todos los tramos. Merece la pena, yo lo recomiendo, aunque quizá la primavera sea la estación más adecuada para hacerlo.